Desde bien pequeño, la historia, ha despertado en mí un gran interés. Recuerdo en los viajes familiares obligar a mis padres a visitar todos los museos posibles del lugar que visitábamos. Este interés nunca desapareció, sino todo lo contrario: a medida que crecía, el interés era mayor. Esto me llevó a decantarme por la carrera de Historia. 

Durante los años que pasé cursando el grado, mi interés por el Camp d’Elx se fue acrecentando, leyendo e investigando cada vez más sobre la idiosincrasia de cada pedanía, hablando con mis abuelos para recopilar toda la información posible de la vida de antaño, registrando las recetas tradicionales de mi abuela, preguntando por objetos ya olvidados por todos, etc. Fue en este momento cuando descubrí el Museo Escolar de Puçol. Me empecé a interesar por este museo tan particular y descubrí que, todo lo que había estado haciendo por mi cuenta, lo hacían los y las compañeras del museo, realizando investigaciones, recibiendo donaciones y preservando aquellos objetos que ya han perdido su uso, registrando los antiguos oficios perdidos… En este momento supe que quería hacer mis prácticas curriculares en este museo y no en otro. 

La labor que desarrolla el Museo es fundamental, puesto que se encarga de recopilar e investigar sobre todos aquellos aspectos característicos de la vida de antaño en el Campo de Elche. Además, la imbricación del museo con la escuela aporta a los niños y niñas una experiencia muy enriquecedora y les enseña la importancia del patrimonio de su ciudad.

Cuando decidí hacer las prácticas del Máster de Arqueología y Gestión del Patrimonio en el Museo Escolar de Puçol, la gente me miraba extrañada, seguramente pensando “¿qué hará un arqueólogo en Puçol?”. Muchas veces olvidamos que la arqueología se encarga de estudiar cómo era la vida de las sociedades a través de su registro material -no solo de las antiguas. Es decir, de reconstruir el modo de vida de las sociedades mediante el estudio de sus vestigios materiales. Con este pensamiento me decanté por este museo, pensando en intentar aportar mi visión al museo, para ayudar en todo lo posible en su labor de recopilar y recuperar las tradiciones del campo. Durante este tiempo he aprendido mucho, tanto del campo de Elche, como del trabajo que se desarrolla en un museo; y me ha llevado a enamorarme de un proyecto que creo fundamental para Elche, que debemos de cuidar y apoyar entre todas y todos.

Autor: David Navarro, alumno en prácticas del Museo Escolar.